martes, 9 de junio de 2009
Como ya hemos notado, la educación en Chile se encuentra en crisis, esencialmente gracias a la poca relevancia que el gobierno le ha dado en los últimos años. Es necesario que le de otorguemos la importancia que la educación posee, ya que es el pilar esencial del desarrollo de toda sociedad.
Las grandes masas pueden manifestarse de distintas formas y por distintos motivos, los que no necesariamente han de ser coherentes o relevantes para la realidad social del entorno; es preciso entonces que tomemos el caso de la educación y nos preguntemos cuál es el motivo para que las masas hallan logrado un nivel de organización y apoyo tan grande como lo que se ha visto en las últimas manifestaciones por una mejor educación. Es preciso que tomemos en cuenta el hecho de que la educación no es un juego.
Actualmente podemos decir que nuestra educación está en crisis debido a malas políticas aplicadas hoy en día, como la L.G.E. que pone en desmedro la profesión docente. Es preciso frente a este escenario tomar a cada condicionante como una parte necesaria para lograr un desarrollo educacional acorde al desarrollo general de nuestro entorno.
Solemos culpar de los fracasos en el sistema a un solo agente, ya sea la familia, el profesorado, el alumnado, etc.; pero nunca hemos mirado más allá, llegando al meollo del problema. Aún no logramos una unidad necesaria entre todos estos agentes para poder conseguir un avance sostenido y perpetuado en el tiempo.
Según lo que he apreciado en los últimos años, es de gran utilidad comprender el por qué todos se manifiestan sobre un tema en específico, ¿cómo hemos de pasar por alto la verdad que es restregada en nuestros rostros atribuyendola solo a simples necedades de gente sin vocación? Es esta la peor falta de nuestros gobernantes y su irresponsabilidad nos puede llevar a ser una sociedad ignorante, a convertirnos en los títeres de sus juegos sociales que solo produzcan lo que se les ha enseñado a producir, listos y dispuestos a acatar imbecilidades y sueños vacíos.
No seamos piezas en este ajedrez del poder que nadie ha sido capaz de entender. En nuestras manos está la fuerza necesaria para cambiar todo esto, especialmente al estar en camino de ejercer la pedagogía; aunque es verdad que la duda nos carcome desde el interior ¿Qué podemos hacer frente a autoridades que no nos escuchan? La única respuesta es: "EDUCARLAS".
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